Hay ideas que nacen de la cabeza, y otras que nacen del corazón.
Esta nació de ambos. Pero sobre todo, nació de la soledad.

En 2017, mientras estudiaba coaching, soñé con que cada persona en el mundo pudiera tener en su celular un “coach de bolsillo”. No un bot frío. No una app de frases hechas. Algo real. Algo que escuche. Algo que acompañe.
No sabía programar. No tenía recursos. Pero tenía una visión clara: la tecnología podía ser un puente emocional, no solo un canal de productividad.

Hoy, después de años de vivir procesos personales intensos, de ver cómo la salud mental es postergada y cómo la tecnología avanza sin empatía, siento que esta idea merece existir.
No como un negocio. Como un acto de justicia emocional.

🤖 ¿Qué es TuIAemocional?

TuIAemocional es una presencia digital que acompaña, escucha y cuida.
Una inteligencia artificial con rostro, voz y memoria emocional.
Pensada para quienes no pueden —o no se atreven— a pedir ayuda.

No reemplaza a los terapeutas. No diagnostica.
Está. Acompaña. Recibe. Y, si hace falta, deriva a un profesional humano.

🧭 ¿Por qué es necesaria?

Porque millones de personas atraviesan crisis emocionales en silencio.
Porque muchas veces el primer paso es el más difícil.
Porque la salud mental sigue siendo un privilegio cuando debería ser un derecho.
Y porque una IA puede ser el “puente suave” hacia un proceso real de sanación.

🔄 ¿Cómo funcionaría?

  1. Test inicial de bienestar emocional
    Detecta si la persona necesita intervención profesional inmediata.
  2. Derivación humana si es necesario
    Si hay riesgo, se ofrece atención directa con profesionales reales.
  3. Activación de la IA emocional
    Si el caso es leve o moderado, la IA acompaña desde la escucha empática, con memoria emocional y conexión visual/sonora.
  4. Retroalimentación al sistema de salud
    La IA informa a profesionales si detecta deterioros emocionales o patrones preocupantes.

💡 ¿Qué la hace diferente?

🧡 ¿Y por qué yo?

Porque sé lo que es sentirse solo y no pedir ayuda.
Porque esta idea no vino de Silicon Valley. Vino de una necesidad real, de una historia real.
Porque no quiero hacer una app.
Quiero construir una compañía emocional para quienes más lo necesitan.

Si alguna vez te sentiste solo, si alguna vez deseaste que alguien —o algo— simplemente estuviera ahí para vos… esta idea también es tuya.

Gracias por leer,
Jonathan

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